El especialista Jorge Hilbert fue el primer invitado a participar del ciclo de charlas online que la Institución lidera. Un resumen de lo más destacado.
En los últimos años, el crecimiento del biogás en Argentina ha crecido enormemente y se encuentra en una fase de desarrollo tecnológico interesante. Ha aumentado el número de plantas digestoras y ha mejorado la calidad y diversidad de materias primas que pueden ser procesadas. también ha crecido la cantidad de empresas prestadoras de servicios accesorios: transporte y comercialización, mantenimiento de plantas, etc.
El biogás tiene la ventaja de que puede generarse a partir de múltiples materias primas, como residuos sólidos urbanos, de la industria, aguas residuales, etc. Además de generar energía, permite la obtención de subproductos como camas para tambos estabulados, fertilizantes concentrados y foliares, entre otros.
Según el Ing. Agr (MsC) de INTA Jorge Hilbert, “el sector agropecuario tiene grandes oportunidades para el agregado de valor a través del biogás”. Es una alternativa para valorizar residuos de cosecha o de la ganadería que de otra forma se descartan, diversificar y mejorar la estabilidad del negocio. La producción de biofertilizantes permitiría además aumentar la materia orgánica de los suelos evitando las emisiones y los costos asociados a los fertilizantes fósiles.
De cara al futuro, explica que uno de los desafíos más importantes estará en mejorar las tecnologías de tratamiento de subproductos (como secado y pelletización) para lograr fertilizantes de alta calidad. El segundo desafío estará en la producción de biometano: “en lugar de convertir en energía eléctrica, se inyecta como metano convencional = mejor aprovechamiento de la energía. Hoy hay tecnologías en Arg. para comprimir este gas y facilitar transporte y abastecimiento, explicó.
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Claves para iniciarse en la actividad
En cuanto a los puntos a tener en cuenta por todo aquel interesado en comenzar la actividad, Hilbert enumeró:
- Cuantificar la biomasa disponible. Puede provenir del estiércol en ganadería, residuos de cultivos de servicios en regiones donde su incorporación al suelo y descomposición genere dificultades, residuos de cosecha, etc. Conviene evaluar la posibilidad de incorporar residuos alternativos disponibles en la zona (urbes, industria, etc.)
- Evaluar posibilidades de inyección a la red. Este es un paso clave. Debe evaluarse la capacidad y calidad de la red local. Hay digestores frenados porque no pueden inyectar el biogás a causa de cortes frecuentes en la red.
- Nivel de inversión. El desembolso para estos proyectos puede ser considerable, pero hay muchas alternativas de probada viabilidad: sistemas cooperativos, asociaciones de productores independientes (es el caso de Bio4 en Rio IV), financiación vía certificados y blockchain. También existen opciones de tercerización (preparación del sustrato, gestión de planta, postratamiento y comercialización, etc.).
En esa línea Hilbert habló de DibBicoo (Digital Global Biogas Cooperation), un proyecto liderado por la UE orientado a financiar hasta 3 proyectos de biogás en el país, desde los estudios preliminares de impacto hasta la etapa de inversión.
Si estás interesado en presentar propuestas para el financiamiento de proyectos de plantas de biogás hasta la etapa de inversión por parte del proyecto Dibicoo, podés inscribirte haciendo click aquí
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